Síntomas tempranos de ELA

La ELA (también conocida como enfermedad de Lou Gehrig o ELA) es una enfermedad neurodegenerativa que debilita los músculos de todo el cuerpo. Los primeros signos de la ELA son diferentes para cada persona y pueden comenzar en diferentes partes del cuerpo. Independientemente de cómo o dónde aparezca por primera vez la ELA, el síntoma común es el debilitamiento gradual e indoloro de los músculos.

Los primeros síntomas de ELA pueden ser lo suficientemente sutiles como para que inicialmente se pasen por alto o se atribuyan a otra cosa, pero a medida que los síntomas progresan, comienzan a afectar las actividades cotidianas lo suficiente como para que sea difícil ignorarlos.

ELA de inicio en las extremidades

Aproximadamente dos tercios de los casos de ELA comienzan en una de las extremidades, generalmente en una mano o un pie. La ELA suele avanzar por una extremidad antes de propagarse a otra.

Los primeros signos de aparición de lesiones en las extremidades pueden incluir:

  • Debilidad muscular sin dolor
  • Rigidez muscular
  • Dificultad para caminar, incluidos tropiezos y atascos en el suelo.
  • Dificultad con tareas que involucran habilidades motoras finas, como abotonarse una camisa.
  • Sacudida involuntaria de una extremidad
  • Calambres musculares
  • Espasmos musculares

Los espasmos musculares, también llamados fasciculaciones, pueden ser un síntoma de ELA, pero es importante tener en cuenta que muchas personas experimentan espasmos musculares benignos en algún momento de sus vidas que no tienen nada que ver con la ELA.

ELA de inicio bulbar

En aproximadamente un tercio de todos los casos, la ELA comienza afectando los músculos alrededor de la parte inferior de la cara que controlan el habla y la deglución.

Los primeros signos de ELA de inicio bulbar pueden incluir:

  • Habla arrastrada
  • Dificultad para tragar
  • Atragantamiento con líquidos
  • Ronquera
  • babeando
  • Episodios de risa o llanto incontrolable.

Inicio respiratorio

La ELA puede comenzar afectando primero los músculos respiratorios, aunque esto es poco frecuente. El síntoma principal de aparición respiratoria es la falta de aire.

¿Qué pasa si me preocupa tener ELA?

Si experimenta alguno de los síntomas enumerados anteriormente, no significa que tenga ELA.

Es posible que sus síntomas tengan otra explicación. De cualquier manera, es importante ser proactivo y encontrar la causa de sus síntomas para que pueda comenzar a recibir la atención adecuada lo antes posible.

Puede comenzar por programar una cita con un neurólogo local. Si la ELA sigue siendo una posibilidad después de su visita (y si su neurólogo no se especializa en ELA), programe una cita con un neurólogo especializado en ELA para realizar pruebas de seguimiento.

Pregunte a su neurólogo general o al administrador de atención de la red local de ELA para obtener recomendaciones. También puede visitar nuestra Directorio de clínicas de ELA para localizar una clínica de ELA en su zona. Averigüe si necesitará una derivación para programar una cita.

¿Cómo se diagnostica la ELA?

La ELA puede ser difícil de diagnosticar. No existe una prueba definitiva, por lo que es posible que el neurólogo deba realizar una serie de pruebas para descartar otras enfermedades y afecciones.

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